lunes, 31 de octubre de 2016

Fiesta de todos los santos

Mateo 5:3-11Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Estad alegres y contentos porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Una pequeña porción del ejercito de los santos

La fiesta de todos los santos junto con la navidad y la semana santa es la más bonitas de todo el  calendario litúrgico.
Celebramos a TODOS los santos que están con Dios en el cielo.

Es decir: San Francisco de Asís, Benito de Nursia, Juan Pablo II, José María escriba, San Agustín, Juan XIII, Junipero Serra; Madre Teresa de Jesús, San Isidro, Faustina Kowalska, Luis María de Monfort, Alfonso María de Ligório, Claudio de la Colombiere, Juán de la cruz, Santa Teresa de Jesús, San Antonio de Padua, Santa Gema Galgani...todos juntos.

Sin embargo se celebra especialmente a todos aquellos santos anónimos que no han sido canonizado oficialmente por la iglesia.


Son hombres y mujeres, como tú y como yo, que siguieron el camino de Cristo y son santos a pesar de que su a nombres no han pasado a la posteridad.Gente normal viviendo vida ordinaria que se santificaron en su trabajo, en la familia...y que constituyen un grupo numeroso.

"Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel. Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de piezas delante del trono y del Cordero".
  
Por eso el diablo no quiere que se celebre y desde antiguo quiere cambiar el sentido del Halloween que significa "víspera de todos los santos".
Si en la fiesta de todos los santos estamos celebrando a los VIVOS, que están en la bienaventuranza eternas, por contra Halloween se ha convertido en celebración de MUERTOS.
Las calles se llenan de jóvenes disfrazados de zombies y esto tiene mucho sentido porque un zombi es un "muerto viviente"y bien pudiera ser la representación gráfica de un hombre que vive pero esta muerto ya que no conoce a Cristo.

Así que mientras unos están celebrando la fiesta de todos los santos: otros están por ahí en una fiesta de Halloween. Vemos patentemente de qué equipo es cada uno.

En está época del año se hace más patente la lucha entre el bien y el mal.

Lo peor es que transformar la alegría cristiana en miedo a la muerte y que lo que es la celebración del AMOR más bonita del año se convierte en una película de TERROR.

Enlaces:


Palabras del Papa Francisco en el Angelus del día 1 de Noviembre del 2013:

"La fiesta de Todos los santos que celebramos hoy nos recuerda que la meta de nuestra existencia no es la muerte, ¡es el Paraíso! Lo escribe el apóstol Juan: «Aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es» (1 Jn 3, 2). 
Los santos, los amigos de Dios, nos aseguran que esta promesa no defrauda. En su existencia terrena, en efecto, vivieron en comunión profunda con Dios. Vieron el rostro de Dios en el rostro de los hermanos más pequeños y despreciados, y ahora le contemplan cara a cara en su belleza gloriosa.

Los santos no son superhombres, ni nacieron perfectos. Son como nosotros, como cada uno de nosotros, son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo vivieron una vida normal, con alegría y dolores, fatigas y esperanzas. Pero, ¿qué es lo que cambió su vida? Cuando conocieron el amor de Dios, le siguieron con todo el corazón, sin condiciones e hipocresías; gastaron su vida al servicio de los demás, soportaron sufrimientos y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con el bien, difundiendo alegría y paz. Esta es la vida de los santos: personas que por amor a Dios no le pusieron condiciones a Él en su vida; no fueron hipócritas; gastaron su vida al servicio de los demás para servir al prójimo; sufrieron muchas adversidades, pero sin odiar. Los santos no odiaron nunca. Comprended bien esto: el amor es de Dios, pero el odio ¿de quién viene? El odio no viene de Dios, sino del diablo. Y los santos se alejaron del diablo; los santos son hombres y mujeres que tienen la alegría en el corazón y la transmiten a los demás. Nunca odiar, sino servir a los demás, a los más necesitados; rezar y vivir en la alegría. Este es el camino de la santidad."